Existe una tendencia dentro de movimientos feministas de reivindicar el feminismo sosteniendo que éste debe ser antiespecista ya que hay una interseccionalidad entre ambas causas. El objetivo de esta publicación no es adentrarse en esta afirmación, sino que abordar otra que surge a partir de esta.

El 8 de enero del 2017 se desató un escándalo luego de que  la ciberactivista feminista, Jessica Fillol,  publicara esta foto en facebook:

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A raíz de esta publicación se desataron cientos de comentarios hacia esta mujer vía facebook y twitter, como también hacia su bandeja de mensajes internos:

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Desde Veganismo científico queremos aprovechar esta lamentable situación para contribuir a esclarecer esta problemática.

Es probable que tanto Jessica Fillol como las personas indignadas por sus declaraciones tengan las mejores intenciones para contribuir a sus respectivas causas, Jessica pensando en la violación hacia una mujer y sus detractores pensando en el sufrimiento que experimentan los animales en la ganadería. Pero para efectos de lo acontecido consideramos que fueron los veganos quienes más pecaron de equivocados y de la manera más contraproducente que puede existir.

Cuando vamos a defender una postura moral y una situación en particular debemos procurar que esta defensa se ajuste a la realidad y no a nuestras intuiciones.

Una violación se define como «un delito que consiste en una agresión de tipo sexual que se produce cuando una persona tiene acceso sexual hacia otra, mediante el empleo de violencia física o psicológica o mediante el uso de mecanismos que anulen el consentimiento de los ofendidos.»

Para efectos de la inseminación artificial a la que se somete a las vacas utilizadas para la producción de leche, realizar esta comparación se torna más difícil. Son muchos los factores que entran en juego para sostener y saber realmente que se está realizando una violación a la vaca y las respuestas que necesitamos para saber esto probablemente son de difícil acceso a nuestro conocimiento. ¿cómo sabemos si el animal da su consentimiento o no?,  ¿cómo sabemos si el animal está sufriendo y de qué forma y en cuánta intensidad?, ¿cómo comprobamos que precisamente la inseminación supone la privación de intereses del animal?. Estas preguntas nos sugieren que dicha comparación no es conveniente y que debiésemos mantener una postura escéptica ante ella. No se trata de ignorar que los animales pueden sufrir, ni tampoco desconocer que en la producción de leche, en efecto, hay muchos procedimientos de los cuáles podemos estar seguro son fuente de dolor y sufrimiento, pero debemos ser cuidadosos cuando atribuimos características psicológicas de las cuáles no podemos tener la certeza.

En su libro El reino de los animales el filósofo Jeús Mosterín, escribe:

«No es lo mismo un dolor de muelas punzante que un brumoso dolor de cabeza, no es lo mismo el repentino calambre de la descarga eléctrica que los recurrentes retortijones de la infección intestinal, ni el sordo mareo que el dolor lacerante de la herida o el picante prurito de la alergia. Lo que todos los dolores tienen en común es el ser experiencias extremadamente desagradables que reclaman la atención inmediata y prioritaria de nuestra conciencia.»

Además de que la comparación entre el delito de violación y la inseminación artificial es un asunto acerca del cual nos falta información, es una de las reacciones más contraproducentes que pueden realizar las personas a quienes les interesan los animales y procuran aliviar y poner fin a su explotación y sufrimiento.

El activista Nick Cooney en su libro Change of Heart, aconseja:

«Muchos estudios indican que parecer “normal”  (o similares a nuestros interlocutores) incrementa las chances de que otros nos escuchen y cambien su conducta del modo en el que se lo sugerimos. Somos un movimiento social serio que lucha por que se reconozcan los intereses de seres tan sintientes como nosotros. Evitemos todo lo que nos haga parecer un culto.

No tomemos a nuestro círculo de amigos como una referencia del estado psicológico y el conocimiento de la población general. Las otras personas pueden ser diferentes en muchos sentidos importantes.Cuando hacemos difusión, no nos estamos comunicando con un amigo, nos estamos comunicando con una persona que quizás tiene una vida completamente diferente a la nuestra. Una persona que pertenece a otros círculos y que probablemente tenga ideas distintas.»

Cuando comparamos con la explotación animal sucesos que remueven mucho emocionalmente a grandes masas de personas, como suelen serlo violaciones, asesinatos y genocidios, puede que nuestras intenciones sean las mejores y que utilicemos estas comparaciones en el intento de generar empatía en los demás, pero lo más probable es que  logremos despertar indignación y estas personas se aferren aún más a sus creencias, en vez de que se cuestionen las formas en las que hacemos sufrir a los animales.

En el caso de las vacas utilizadas para la producción de leche, existen muchos mejores argumentos a los cuáles recurrir en cambio de sostener derechamente que las vacas son violadas. Es mucho más conveniente para nuestra causa invitar a las personas a conocer ciertas prácticas estándares que le ocurren a estos animales, como lo son la separación de los terneros de sus madres, el descuerne, el desgaste de los cuerpos de las vacas a causa de sus ciclos de partos, el sacrificio de terneros macho, el destino de las vacas al final de su vida productiva y muchas otras brutalidades que han sido documentadas por diversas organizaciones en varios países del mundo.

La discusión entre feministas que sostienen que las vacas son violadas y las que sostienen que no, es una discusión sin resultados positivos para los animales.

Vivimos en una sociedad donde nos podemos encontrar por todos lados burlas hacia la consideración de los animales, incluso peores que la foto y el comentario de Jessica Fillol, (que de ninguna forma a través de ello provocó que mágicamente más animales muriesen y sufriesen) como fotos de asados y de celebraciones en torno al consumo de carne, es por ello que tenemos que tener siempre presente que reaccionar encolerizados no servirá para que nuestros objetivos se cumplan.

Fuentes:

 

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